La intolerancia a la lactosa es un trastorno digestivo que ocurre cuando una persona no produce suficientes enzimas de lactasa en el intestino delgado para digerir los productos lácteos. Los síntomas de la intolerancia a la lactosa incluyen diarrea, náuseas, dolor abdominal y distensión abdominal. Algunos de los síntomas de la intolerancia a la lactosa y la alergia alimentaria son similares. Sin embargo, es muy importante entender la diferencia entre tener una intolerancia a productos lácteos y tener una alergia a los productos lácteos.  El consumo de un producto lácteo puede hacer su vida miserable si usted es intolerante. Pero la reacción de una alergia a los lácteos puede ser potencialmente mortal.

El diagnóstico de intolerancia a la lactosa se ​​puede hacer a través de tres pruebas diferentes. Durante una prueba de tolerancia a la lactosa, el médico medirá la glucosa en la sangre después de beber una bebida alta en lactosa. Una prueba de aliento de hidrógeno es esencialmente el mismo, pero después de beber la bebida alta en lactosa se le pedirá que respire dentro de un dispositivo que medirá los niveles de hidrógeno en su sistema. Si usted no es capaz de tolerar cualquiera de estas pruebas, su médico también puede realizar una prueba de acidez en la materia fecal.

No hay cura para la intolerancia a la lactosa, pero usted puede manejar sus síntomas evitando los productos lácteos o tomando un medicamento de enzimas para ayudar en la descomposición de la lactosa en el intestino. Es muy importante que un alergista lo examine y determine si tiene una «intolerancia» o «alergia» a la lactosa antes de hacer cualquier cambio en su dieta o tomar medicamentos.