La alergia alimentaria es una reacción adversa causada por una respuesta abdominal del sistema inmunológico a los alérgenos alimentarios. El sistema inmunológico reconoce a estos alérgenos como invasores y envía productos químicos para defenderse de ellos.
Un especialista en alergias e inmunología tomaría una historia clínica integral (como la reacción al alimento culpable, el historial dietético, etc.) para luego realizar las pruebas apropiadas e interpretar los resultados. El objetivo final del resultado de la prueba de alergia es determinar la probabilidad de alergia clínica relevante.
Ocho tipos de alimentos pueden causar el 90% de todas las reacciones alérgicas: huevo, leche, cacahuetes, nueces, pescado, mariscos, trigo, soya.
La prueba cutánea proporciona resultados en 20 minutos.
La prueba de suero permite la evaluación de pacientes que no pueden suspender la terapia de rutina con antihistamínicos antes de la prueba. Las técnicas de IGE específicas del suero son menos eficientes (los resultados están disponibles en aproximadamente una semana) y son más costosas que las pruebas cutáneas.
Una vez se diagnostica la alergia alimentaria, el tratamiento más eficaz es evitar esos alimentos. Una vez que ha sido diagnosticado con una alergia alimentaria, su alergista debe recetarle un autoinyector de epinefrina.
La prueba oral alimentaria es la prueba más precisa para diagnosticar una alergia a los alimentos. Pero requiere recursos costosos, personal altamente capacitado y conlleva un alto riesgo de causar una reacción alérgica aguda.